miércoles, 18 de octubre de 2017

Refugio

No tengo prisa en encontrar la forma que este blog necesita para terminar de retratarme y que dé frutos. A lo mejor nunca lo hace, o lo está haciendo, sencillamente al darme la oportunidad de plasmar las revelaciones que han ido construyendo mi camino de la vida. Por el momento estoy orgullosa de permitirme recopilar reflexiones escritas sin más normas que las que me pide cada momento.
Y, dicho esto, hoy quería lanzar la palabra REFUGIO y la importancia que ha cobrado para mí en el último tiempo. Quizás cuando uno cambia tanto, y siente que lo pierde una y otra vez, inevitablemente debe aprender lo que significa si quiere sentirse pleno a pesar de las circunstancias. Y encontrarlo dentro.
Viviendas, ciudades, trabajos, personas. Aferrarse a ellos como hogar donde descansar, va seguido de un duelo, una necesidad de desapego. Sin minusvalorarlo, digo que no es la clave. La efimeridad de todo lo que nos rodea puede perdernos. A no ser que descubras que el único lugar en el que uno puede encontrar protección no tiene formas ni nombres.
Alimentar el alma para sentirse feliz, da igual donde y cómo. El refugio está ahí dentro.
La salida es hacia dentro.