jueves, 31 de diciembre de 2015

¿Principio o fin?

31 de Diciembre. Día de nostalgia y reflexión. Día de recuento. Se acaba el contador de 2015. Y cómo no podía ser menos, yo me pongo a soñar pensando. A menudo sentimos pena cuando algo acaba, alguien muere o se rompe una relación. Ese dichoso duelo, hasta con ciertas cosas materiales! Con todo aquello que implique pérdida, vacío. Cuando te enfrentas a esa situación, -o no te enfrentas-, inevitablemente sufres de alguna u otra manera.
Pero, y me pregunto yo, dejando aparte la muerte por supuesto, ¿no es maravilloso a veces soltar, vaciarse un poquito, dejar ir, para volver a llenarse de lo nuevo?

Hoy brindo por todo eso que acabó, me reconcilio, de lo bueno o no tan bueno, que sino disfruté, me enseñó, y abro mis brazos a este nuevo año, cargada de buena energía, positividad y bien abiertos los ojos y el corazón. 

Para vosotros, todo eso. Todo lo mejor.

lunes, 21 de diciembre de 2015

La ventana de mi despacho

El lugar donde trabajo no tenía ventana. Durante mucho tiempo estuve quejándome de no tener luz natural. Hay días incluso, que me sentía apenada por estar aislada del mundo exterior.

Hasta que en vez de invertir mi energía en cansarme, decidí crearla, y además eligiendo hacia dónde mirar.

Hoy día, todo el que entra a mi despacho se queda admirando la belleza de sus vistas y me siento orgullosa de poder mostrar el lugar que me vio nacer.

Y es que un día aprendí, que cuando una puerta se cierra, se abre un ventanal; eso sí, no puedes quedarte sentado esperándolo abrir sin propia voluntad.

martes, 17 de noviembre de 2015

Una tarde de otoño en Madrid

a) Para un día que puedo dormir algo, que todos los días estoy agobiada de allí para acá,  me despierta el ruido de la Calle Alcalá. ¡En esta ciudad no se puede vivir tranquilo! Encima en este sofá incómodo de palo, si es que maldito el momento en que decidí romper mi comodidad para acabar viviendo en un piso compartido.  ¡Qué desgraciada soy!

b) Esta tarde he tenido la gran suerte de dormir una plácida siesta otoñal, mantita suave, y despertar despacito por la trompeta de un músico callejero que hoy ha decidido situarse junto a mi edificio. Suena bonito. Eso sí,  el sofá es un poco incómodo, pero en un tiempo comprare uno a mi gusto. Algún pensamiento inquietante viene a mí,  pero elijo ignorarlo en ese momento para disfrutar de lo especial que este nueva tarde, que no volverá, me está ofreciendo. Saco una sonrisa de satisfacción. Estoy en calma. ¡Soy feliz!

...Sólo tú decides que vida quieres vivir...

Observa. Acepta las cosas tal y como son. Focaliza tu atención en la belleza. No desperdicies tu tiempo.


domingo, 8 de noviembre de 2015

Hasta siempre amor

Lloré hasta la saciedad, me arrepentí casi un millón de veces, tuve miedo, mucho miedo, y aún hoy vuelvo a soñar contigo. Sin embargo, no. No me preguntes por qué. Porque te quiero. Pero no. Ojalá fuese todo diferente. Ojalá pudiese volver sin miedo y que abrieses tu corazón.  Porque te llevo en el mío. Pero no me dejas ni soy capaz. Deseo abrazarte. Qué absurdo todo. Te echo de menos. Pero no. Nunca te olvidaré. Por favor, vuelve. Hasta pronto. Adiós. 

martes, 3 de noviembre de 2015

Yoga y paciencia

Sí, lo reconozco. La paciencia es una de mis mayores carencias. Supongo que por una combinación entre las actitudes observadas en mi padre, mi carácter entusiasta y la "corta" edad. Como esta tercera variable es irremediablemente así, variable, y las experiencias vitales me van demostrando que no suele ayudar dicha actitud, me he interesado desde hace un tiempo por modular esa debilidad mía. 

Más allá del trabajo psicológico que me marcaba como objetivo en las charlas con Raquel, descubrí que el yoga ya estaba provocando efectos en mí sin necesidad de proponérmelo. Sin querer estaba empezando a incorporar la paciencia a mi vida. OMG!

Y es que, esta práctica milenaria es mucho más que un deporte. Podría pasar horas escribiendo sobre este gran descubrimiento mío. Pero pondré solo de muestra un botón:

Un asana. Lo que puede parecer un simple estiramiento. Conseguir y mantener una posición requiere control, estabilidad, concentración. Te obliga a ir despacio pero con firmeza. A tu ritmo, con calma pero con determinación. Eres tú quien decide, digno, cómo y cuando respirar. A qué ritmo moverte y con qué velocidad.

Y de repente, te sorprendes con una preciosa posición, en la que cuerpo, mente y energía conectan casi a la perfección.

Pd. Querido yoga, sé que este es sólo el inicio de una bonita relación. 

viernes, 25 de septiembre de 2015

"Aumente la capacidad sin aumentar de tamaño"

Pasando por la marquesina de un autobús, cansada y algo desanimada por alguna que otra chorrada, me quedo mirando el eslogan de un anuncio de frigoríficos. A priori, ver un frigo cuadrado y soso en una imagen, me genera más aburrimiento que otra cosa, pero la mente filosófica que me acompaña encuentra algo interesante en esa frase.
Hace ya unos 4 años, en la larga búsqueda de mi bienestar emocional, fui a parar a la consulta de un señor, amigo de la familia, que decía dedicarse a hacer terapias naturales, kinesiologia, osteopatia y otras tantas disciplinas.  Pero más que eso, se trataba de un ser inteligente que sabía ver a cada uno lo que necesitaba y lo que le estaba dañando. Aunque ciertamente escéptica hacia este tipo de cuestiones, y sin saber muy bien siquiera porque estaba alli, he de reconocer que fue la única persona que supo decirme cual era el origen de mi sobrepeso. Aunque pueda resultar raro, yo lo vivia tal y como me lo describió, y nunca antes lo había analizado así. Aumentaba de volumen para protegerme, para tratar de abarcar todo. Lo que yo ahora diría resultado de la ansiedad. Mal negocio, por supuesto.
Y seguí así. Hasta casi la obesidad. Hasta que aprendí, muy poco a poco y aún sigo aprendiendo, que la solución no estaba en seguir agrandando, sino en empezar a gestionar lo que tenía dentro.
Solo de esa manera empecé a ganar espacio donde tener mi alma y dejar resquicio para intercambiar el aire que respiro sin ahogarme.

domingo, 6 de septiembre de 2015

Vida a bordo

La experiencia recién vivida como enfermera de crucero ha tenido momentos mágicos y momentos realmente difíciles. Eso sí, no pasa desapercibida y sin ninguna duda quedará marcado en mi vida y en mi corazón para siempre.
He tenido la bonita oportunidad de volver a sentirme enfermera de hospital, de conocer cómo es la vida abordo desde dentro, de llorar de emoción al descubrir un paisaje que de repente te rodea, de enamorarme con intensa pasión, de encontrar cada día un nuevo destino.
Toda una aventura llena de contrastes y con un final que todavía está por escribir pero que no pasa inadvertido.
Dejar que se derive de este viaje una decisión que haga cambiar el rumbo de mi vida está en mis manos.
Los motivos, los reservo por ahora.

Salir de la zona de confort

Si hay algo a lo que esté enganchada es a salir de la zona de confort.

No debe ser bueno ir en busca de nuevas sensaciones una y otra vez, pero reconozco que me encanta.

Ponerme a prueba. Sentir cada día como único y diferente. Soñar. Reinventarme.

Creo que no soy yo sola. Vivimos en una sociedad en la que los divorcios, los cambios de vida y el consumismo van in crescendo.

Me preocupa que esa búsqueda constante me haga tomar malas decisiones. Casi todo me cansa cuando se hace rutina... Pareja, trabajos, lugares... No sé si es inconformismo o miedo a encasillarme, a dejar de sentir y de superarme.

Pero lo cierto es que en ocasiones pienso que me impide lograr objetivos a largo plazo. No lo sé. Ni dónde ni cuando poner el límite. Lo que es normal y lo que no. Si llegará un día en el que iré viendo claro dónde parar.

¿Seré yo de esas personas que se pasan la vida buscando?
¿O acaso es mi rutina romper la rutina? 


martes, 7 de abril de 2015

Lyon

Telemetro... Tranbús... Tarte salade... empezar los besos de derecha a izquierda... Dos enormes riberas de río... Macarons... S'il vous plaît... 
Peculiares días de paseo entre nubes y claros en esta bonita ciudad francesa... Momentos de soledad y reflexión... con más sentimiento otoñal que de primavera.
Momento de poner fin a una relación para volver a encontrar el camino.
Bonito y triste. Triste Lyon.


viernes, 20 de febrero de 2015

Amor natural


Cálidos días de Febrero en mi tierra, salgo a correr junto al mar a despejar la cabeza que me acecha sin mucha bondad. Me ayuda hacer vida sana y estar en contacto con la naturaleza. Entre mi nube de pensamientos encuentro esta bonita muestra de amor, que sin ser para mí me lleba de emoción. Y es que la vida está llena de cosas maravillosas. Sólo hay que fijarse en ellas. Feliz Día de San Valentín.

viernes, 6 de febrero de 2015

Nothing is wrong

Desde hace algún tiempo me planteaba reiteradamente si las decisiones que tomamos en ocasiones pueden considerarse equivocadas.
Quizás un atisbo de inseguridad resultado del recuerdo negativo de decisiones anteriores.
Quizás un intento fallido en la búsqueda de la perfección.
Razones no me faltan para entender por qué en mi mente aparecía esta idea.
Pero tras esta reflexión, solo me quedaba sentirme desdichada por no saber elegir.
Y es que reconocer la piedra con la que tropezamos está muy bien, pero no es suficiente, sino que hay que aprender a saltarla.
Algunos necesitamos caer en un agujero profundo, del que nos cueste salir, del que tengamos que pedir ayuda y nos deje cicatrices. Otras veces sabremos reconocerla de lejos y la saltaremos con los ojos cerrados.
He comprendido que la decisión que uno toma en cada momento es la que debe tomar porque sólo a través de ella aprenderá aquello que necesitaba para superarse como ser.
E incluso he pensado que quizás al final no es tan importante el camino que se escoja sino la actitud que se tenga al escogerlo y mientras se viaja por él.