miércoles, 20 de julio de 2016

Repasando post. Nivel superado.

Acabo de repasar en mi blog publicaciones antiguas y hay un título que me llama la atención. Falta justo un mes para que hagan cuatro años de ese post. Se titula Empieza la aventura. Curioso. Fue la primera escapada que me hice sola a Portugal justo tras haber tomado una fuerte decisión. Aún sin haberla ejecutado ya me hacía sentir esa emoción de esperanza e ilusión. Una nueva etapa de lo que buscaba yo.
Porque al final las decisiones que se toman tienen una coherencia y razón, que tiene dentro una respuesta a una profunda emoción. 
Aventura como premisa quise,  aventura sin duda logré, y sigo logrando. Sin entrar en juicios de valor, es lo que quería y tengo hoy.
Lo que nos proponemos y ejecutamos nos ha de enorgullecer. Con lo bueno y con lo malo en el fondo era necesario para ayudarnos a perseguir lo que deseamos, y sobretodo nos permitirá pasar a la siguiente pantalla para poder avanzar y aprender lo próximo que la vida nos quiere enseñar, objetivo último de nuestro paso por el globo terráqueo. Dicho queda.

Libertad

Durante mucho tiempo he promulgado mi sed de libertad.
¿Rebeldía? ¿Intransigencia? ¿Cuál es la razón lógica de ese ansia que me cegaba y me lanzaba a tomar decisiones?
Como creo que responder a los impulsos sin más no es digno de orgullo, tiendo siempre a buscar el porqué de esa necesidad.
Mi padre tiene esa premisa de que por encima de todo está su libertad. Pero y yo me pregunto: ¿Qué es libertad? Es hacer lo que se quiera y se sienta en cada momento,  suena bien. Pero, y acaso si se lleva al extremo, ¿no nos acaba convirtiendo en esclavos de una necesidad? ¿No la estaremos confundiendo con miedos y no tanto realidad? ¿No nos puede acabar conduciendo al aislamiento y a la profunda soledad?

Hoy he sacado mi propia definición. Libertad es ser fiel a las propias emociones, al propio corazón, pero con un balance de razonamiento como filtro que ayude a sopesar.

martes, 12 de julio de 2016

¡Volveré! Casi 10 años ¿Por qué?

Han pasado casi diez años desde que llegué. Una mochila cargada de ilusión, en busca de una nueva vida. Con nombre de carrera pero sin saber bien qué. Quizás buscando lo que no había encontrado ahí abajo, quizás intentando lograr lo que no había conseguido enfrentar pero sin saber cómo, quizás huyendo de lo que me impedía avanzar. Quizás en la búsqueda de una nueva oportunidad. Dar y recibir de lo que creía que era capaz. Ilusionada por vivir. Eso era.


Ha pasado mucho tiempo, y no me arrepiento de nada. 

Pero sé que buscaba un atajo que no sólo no fue tal sino que no estuvo exento de problemas. Podría haber sido mas facil, pero ahora, que lo sé. Duro, bonito a la vez.

Madurar, al fin y al cabo, es lo que aparte de un título -o más de uno-, mil vivencias y media vida, me llevaré si algún día consigo volver.
No me arrepiento de nada, era mi destino y lo he construído queriendo. Pero quiero volver y no sé.
Volveré, eso creo. Pero siendo la mujer en la que me he convertido, habiéndome encontrado, enfrentado esa huída y aprovechado al cien por cien. Esa oportunidad que buscaba. No más huídas, no más porqués. 

Mi tierra, mi sol, mi familia. Volveré. 

Con mis objetivos cumplidos. Volveré.


miércoles, 6 de julio de 2016

Nostalgia. Te quiero. Lo sé.

El tiempo inexorablemente pasa. Cada momento es efímero. Nostalgia.
Cuanto he aprendido. Cuanto me quedará por aprender.
Bonito y triste a la vez.
He pasado por nuestra casa, y sé que te vuelvo a querer. Pasaba feliz, vibrando, despierta.
Pero siempre te echaré de menos, lo sé.
Tengo mucho que ofrecerte, por favor, espérame.
Si no aquí, en otra vida, nos volveremos a ver. Fuiste el amor de mi vida.
Te quiero, otra vez.