domingo, 22 de diciembre de 2013

Camino de montaña

Hoy he salido a pasar el día con mi familia. Iba en la parte trasera del coche dejandome llevar. Al principio era autovía, después carretera secundaria y para rematar, un camino de montaña bastante largo. Digamos que cada vez el paisaje resultaba más bonito pero tortuoso. Mi objetivo era dejarme llevar y disfrutar del paisaje, aunque reconozco que llegado un punto he empezado a marearme.
Al llegar, eso sí, me he quedado sorprendida por la maravilla del lugar. Pantano, montañas, solazo, un precioso mirador-restaurante.
Y me he puesto a pensar que es como la vida misma. El camino puede tener tramos fáciles y rápidos que pueden ser arriesgados, lentos y difíciles, otros que parecen interminables, pero merece la pena recorrerlos hasta el final.
Y sobretodo, que si miras demasiado a los lados puede que acabes afectado.



martes, 17 de diciembre de 2013

Luz de luna

Esta noche al salir del bar de copas donde me encontraba he tenido un momento mágico. Me ha llamado la atención la claridad de la noche, ya que antes de entrar llovía. Se había despejado gran parte del cielo y dejaba al descubierto una luna llena preciosa y un cielo azul, digno de una noche de verano. Posiblemente la lluvia haya limpiado la atmósfera haciendo relucir la luna con más fuerza.
Si me hubiese quedado en casa arropada bajo la manta posiblemente no hubiese disfrutado de ese sencillo pero bonito momento. Me hubiese acostado pensando que aún lloviznaba.
Y es que a veces es necesario que todo se nuble, caiga la tormenta, para después brillar de verdad. Y sobretodo seguir saliendo a esquivar los charcos sin dejar nunca de mirar.