miércoles, 29 de mayo de 2019

Buscando sitio

Si vueltas da mi vida, más vueltas llevo dadas con la «minibolilla» al barrio céntrico en el que vivo en los tres últimos años, tratando de conseguir aparcamiento.

Puedo pasar cuarenta y cinco minutos buscando sitio hasta calles limítrofes, y cuando llego a mi portal hay hueco en la misma puerta.

Otros, como hoy, doy vueltas hasta desistir, obligándome a llevar el coche hasta mi próximo destino, y al regresar hay un libre en la calle.

A veces, sin más, llego y ahí está mi sitio.
Todas las conjugaciones que se nos ocurran.

En esas horas de mi tiempo invertidas -además de pensar, entre muchas otras cosas, que el parking que comparto no me resulta muy operativo y debo de buscar mejores alternativas - se despierta mi faceta filosófica y pienso que encontrar aparcamiento es como la vida misma.

Siempre queremos lo mejor y prontito, pero a veces es preciso esperar, alejarse incluso, dejar de insistir, y regresar con otro aire, y de repente todo fluye.

Otras, simplemente hay que comprender que aunque buscábamos lo mejor, no podemos siempre conseguirlo, ni predecir lo que en otro lugar ocurre, optando por la mejor opción en ese preciso momento.

Afortunadamente, algunas son sencillas, y sin más dilación, suceden como deseamos.

Así es la vida. Caprichosa, a veces incontrolable, complicada o simple, pero sobretodo, cada vez diferente.

Hemos de estar preparados para buscar siempre lo mejor, pero también para aceptar, comprender y disfrutar cada día como si fuese el último.

Y es que, como dice Raquel, «lo hiciste lo mejor que pudiste en ese momento con lo que sabías».

*Aún conservo el apodo cariñoso que puso él a mi coche.

No hay comentarios:

Publicar un comentario