sábado, 24 de agosto de 2013

La belleza de lo imperfecto

Hoy, observando la catedral de mi tierra desde una terraza cercana, me di cuenta de que a pesar de no ser la más conocida ni arquitectónicamente apasionante, es preciosa. Quizás sería más correcto decir que a mí me encanta, pues para gustos los colores. Y me encanta decirlo, sobretodo porque no solamente no es la mejor del mundo sino que nisiquiera está completa, por hazañas de la historia, le falta una torre. Tanto así, que se conoce como "la manquita".
Y vuelvo a repetir, sin embargo, me gusta. Y yo, con mi punto filosófico no puedo evitar hacer la correspondiente comparativa.
Nos pasamos la vida buscando vidas -valga la redundancia-, lugares, trabajos, cuerpos, parejas "perfectas", pero para nuestra desgracia no siempre nos harán felices. Y es que con tanto ideal mental nos olvidamos de que lo único perfecto que hay que buscar son las SENSACIONES que todo ello nos genere. Suerte cuando todo concuerde.


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