sábado, 9 de enero de 2016

Los altillos de mi armario de Hermosilla

Miro encima del armario de mi habitación de Hermosilla, congestionado por bolsas de ropa y maletas, y me desagrada. Y pienso lo que miles de veces he repensado: Necesito más espacio, una casa para mí, quizás un trastero, o un vestidor. -O bien tener menos, pero, ¿no puedo?
He de reconocer que este es para mí un ítem del éxito: una casa cómoda, bonita y espaciosa donde tenerlo todo "perfecto". No dudo que eso me guste y acabe tendiendo a conseguirlo.
Sin embargo, no quiero olvidar lo que he aprendido y que tanto me ha ayudado a combatir la frustración y a recordar lo importante. Y para ello me formulo las siguientes preguntas: ¿Acaso era yo más feliz cuando lo tenía? ¿acaso supe valorarlo y cuidarlo al cabo del tiempo? ¿o más bien incrementaban mi nivel de exigencia para generarme de nuevo frustración? ¿puede ser que mi solución sea siempre cambiar y partir de cero porque me resulte más fácil que reordenar?
Aún quedan preguntas por responder. Pero sin dejar de lado mi camino, sé que encontraré las respuestas y, quizás, el lugar donde sentirme cómoda casi siempre aunque cada día tenga un aspecto diferente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario