sábado, 20 de enero de 2018

Maldita casualidad

Por si hubiera alguna duda de que todavía me sigue importando, hoy se ha producido un encuentro que me lo ha corroborado.
- ¡No puede ser! - Eso pensé y vuelvo a repetir - ¿No hay lugares ni profesiones? - me pregunto ahora.
Oye, que remueve.
Espectacular. El destino tenía su as en la manga para azotarme otra vez.
El corazón se me acelera, con un vergonzoso atisbo de felicidad, cuando al descubrir que era ella y que había posibilidad de que tú estuvieras por ahí detrás. Es triste, pueden pensar.
Sin embargo, bonito. Iluso, pero en un plano más profundo, cargado de ilusión y de amor. Y es que el corazón no entiende de coherencia ni razón.
¿Qué pensaba hacer si te encontraba? ¿Lanzarme directa hacia ti, incluso con ella, para darte un gran abrazo y decirte lo mucho que te he echado de menos? ¿Aprovechar un despiste de la susodicha para decirte que te vengas conmigo y besarnos como en Casablanca dejando que sobre nuestras cabezas aparezca un dulce «The end»? ¿O acaso pretendía que me vieras y pensaras lo guapa que estaba, y recordaras que aún me amas a mí?
Ridículo esto del amor.
Doloroso.
Pero de algún modo te he tenido más cerca y en algún punto me hacía feliz.
No sé si algún día saldré de este mal sueño en el que aún vivo contigo.
No sé, pero me sigue doliendo.
Maldita casualidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario