lunes, 25 de febrero de 2013

Razones de peso

... no subir una escalera sin ahogarme
... verme guapa y poder vestirme como quiera
... sentirme joven y ágil
... ponerme unos tacones sin que me revienten los pies
... no seguir atentando contra mi salud
... gustarme y gustarle
... y mil cosas más...
Creo que sobran razones para tomarme muy en serio lo de bajar de peso.
Pues bien,  por enésima vez, me he puesto a dieta. 
Esta vez es una de las que mi querido boticario se trae, hiperproteica e hipercontrolada. Vamos,  pérdida rápida y asegurada. Una forma más de buscar la motivación. Soy más que consciente de que no hay pócimas mágicas para mantenerse delgado, sino que es la modificación de hábitos de vida, la piedra angular del equilibrio corporal. 

Pero estoy contenta. He vuelto a ganar algo de confianza e ilusión, y sabiendo lo que ya sé, estoy convencida de que puedo llevarlo a cabo, y sobretodo enlazar con buenas costumbres cuya teoría conozco la mar de bien. Ahora sólo me queda trabajar muy bien la constancia y la paciencia, para los momentos de "flaqueza". En definitiva, comer con cabeza.


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